Bergen es la segunda ciudad más grande de Noruega. Con un enclave privilegiado entre el mar y la montaña, es famosa por las siete montañas que la rodean, por su muelle hanseático Bryggen o por su mercado de pescado….

Pero, ¿qué hace un asturiano como yo, amante del  deporte extremo y las expediciones, en esta ciudad? Esta es la pregunta que muchos de vosotros me hacéis cuando comparto en mis redes sociales las imágenes desde esta pintoresca región noruega.

La respuesta, amigos míos, es muy sencilla: necesito financiación. Sin dinero no puedo sufragar mis expediciones, por lo que tengo que desplazarme cuatro o cinco meses hasta Bergen para trabajar, fundamentalmente en el mercado de pescado vendiendo salmón y cangrejo real. Y si surge la oportunidad, también busco empleo en hoteles, restaurantes y bares de copas.

Pero trabajar 15, 16 o 17 horas diarias, llevando una vida austera y gastando lo necesario para subsistir no me hacen olvidar mi rutina de entrenamiento: en mis ratos libres salgo a correr o a hacer caminatas rápidas aprovechando los desniveles que me brindan las montañas alrededor de Bergen.

Cuando estoy allí, cuento los días para  volver a España, y en concreto a mi Asturias natal, para comenzar a preparar  mi siguiente sueño.

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